Friday 23 April 2010

ME GUSTA QUE ME REGAÑEN...


 ...y no soy masoquista. El asunto no es el porqué, sino el quién. Me gusta que me regañen, que me pongan en mi lugar y que atinen al decir dónde me equivoco, desgraciadamente me pone como chile toreado que un hijo de su p$%& madre que ni siquiera conozco me diga que no sé pronunciar la palabra "balneario":

(Esperando el camión a 30º C)
PRIMO DE SINALOA: ¿Y que ibamos a hacer hoy viejón?
CARLOS GIL: Pues ibamos a ir a un balneario pero me cancelaron de última hora.
PRIMO DE SINALOA: ¡A la verg...!
VIEJITA ENTROMETIDA: No se dice balñeario mijo, se dice balneario. Perdón que me meta pero te equivocaste y te corregí.
CARLOS GIL: ò_O
¿Pero qué tal cuando la persona que me corrige es alguien a quien SÍ disfruto escuchar, alguien que SÍ me interesa, alguien de quien SÍ espero reprimendas? Confieso que es muy poca la gente que se anima a hacerlo y que me ponen como niño con juguete nuevo cuando lo hacen.

Ahora, quizá lo hacen con otra intención, quizá solo están expresando su opinión y se lavan las manos agregando que "eres libre de hacer lo que te da la gana, puedes hacer y deshacer según te plazca". A ver, en serio: ¿quién en su sano juicio daría opiniones sin intención de imponerse en cualquier modalidad posible?
Por otro lado también depende del cristal con que se mire.


Quizá yo estoy siendo exagerado y tomo de manera personal y muy textual lo que me sugieren. Quizá en el fondo sí se trate de un comentario aislado y sin intenciones de trascender pero yo, por tratarse de determinada persona, lo recibo como regaño, como baldazo de agua fría, como pedrada, como consejo.

Ayer me pasó algo así. ME REGAÑARON Y FUE LINDO. Confieso que estas 2 últimas semanas he andado con la moral por los suelos, en el sentido de ser poco sensible a lo que es bueno y malo, y necesitaba un ajuste, necesitaba que alguien me bajara de “esa nube” –a la que por supuesto nunca tuve intención de subirme-, necesitaba ese jalón de orejas.

A mi me sucede muy seguido, no soy NADA perfecto y necesito que me alivianen. Sí, para eso están los amigos y los papás y los parientes, y los jefes en el trabajo y en general toda persona que represente para mí un grado superior. Pero no olvidemos que muchas veces la gente que nos conoce poco, y a veces casi nada, es la que nos puede aplacar por dar su opinión de manera imparcial y pura. Espero seguir encontrando gente así: ayer me regañaron y fue muy lindo.

PD. Ahora solo falta que haga buen uso de ese comentario, que lo haya comprendido bien y haga lo correcto, pero esa es otra historia. También recordemos que es probable que la persona que aporta jamás acepte que lo hizo con toda la intención de corregirme y está bien, a mi me gusta dar crédito a quien crédito merece y creo que sé aceptar cuando alguien en verdad trata de hacerme saber dónde la estoy regando. Gracias por ello.